– “Me duele la panza, esta hamburguesa me está matando”
– “Entonces dejala, para que la seguís comiendo?”
-“Es que ya la pagué”
El diálogo lo escuché una vez un local de comida rápida. Al muchacho le había caído pésima la hamburguesa, pero ahí estaba, siguiendo con los mordiscos. Además de algo para el dolor estomacal, el hombre necesitaba asimilar el concepto de “costo hundido” en su vida para dejar de sufrir sin necesidad.